Tuesday, June 28, 2005

OUIJA


No tiene más remedio que esconderse. Noelia está cansada de los sustos de su hermano, pero esta vez será distinto. Ella sabe que Carlitos suele subir al desván con su amigo David después de merendar. Tienen que creer que están solos en la casa. Le ha dicho a su abuela que se va con Julia a jugar a la plaza. Carlitos sabe que cuando la yaya Herminia se vaya, tendrán toda la vivienda para jugar a su antojo.
- ¿Te gusta el pan con tomate para el jamón, David?.
- Si señora - le responde a la abuela de Carlitos.
- Bueno, aquí tenéis todo preparado, yo me voy a casa de la Tomasa a jugar a las cartas. No hagáis diabluras.
Carlitos y su amigo se miran con complicidad, ahora que están solos podrán disfrutar a sus anchas.
Suben por la escalera de madera. En el tablón del sexto escalón sobresale un hierro herrumbroso. Ya se lo conocen, incluso la abuela. Basta con tener cuidado.
En el desván se encuentran a sus anchas. Está lleno de baúles y recuerdos de la familia, también hay una alacena donde Herminia guarda bajo llave el embutido.
El primo de David es mayor, por lo menos tiene quince años y ha estudiado en la ciudad con los Maristas. Ayer por la noche les contó como se construía una güija para contactar con los muertos. Dice que en el colegio consiguieron hablar con Don Juan de Austria y que les contó que los Turcos volverían a invadir Europa. También les dijo que si se concentran mucho pueden traer de vuelta a un ser querido, pero que a cambio, un mortal debería pagar con su vida.
- Aquí esta la carpeta de dibujo de mi madre, con ella podremos hacer la ouija.
- Pero a tu madre no le gustaría que tocaras sus cosas para esto, y menos ahora que está en el cielo. - David está un pelín cagado.
- Calla tontolpijo, no ves que es mejor. Tu me quieres ayudar ¿no?. - David no contesta, se limita a poner cara de besugo; no es un chico muy despierto sea cual sea la circunstancia. - Para que vuelva mi mamá tendremos que ofrecerle al espíritu otra vida, tenemos que pensar muy bien a quien ha de llevarse. - le explica Carlitos.
- Pero eso es asesinato, iremos al infierno. - Su labio inferior amenaza pucherito.
- Que no, tonto. El espíritu se encarga de todo. El se llevará al que nosotros digamos. Nosotros sólo seremos instrumentos de Dios para que vuelva mi madre. - Muestra las palmas como señal de franqueza,
El suelo del desván está lleno de porquería, pero ya se sabe que al los críos les da igual llenarse de mierda. Sobre él disponen la improvisada ouija con sus letras y toda la pesca. El vaso es una copa de brandy. Como la tarde está un pelín avanzada, tienen que encender un candil.
- Tenemos que pensar muy bien a quien mandamos llevar. ¿Qué te parece a Franco?, mi papá decía que algún día le llegará su hora. Lo decía antes de que se lo llevaran a la cárcel. - enarca las cejas como diciendo, “que buena idea”.
- A tu padre se lo llevaron por castrar a mi tío durante la guerra, que lo sabe todo el pueblo. - le responde sapientín David.
- No es verdad, es un preso “piloto” que me lo dijo el herrero. - le espeta con el tono de “ tonto que no te enteras”.
- Se dice “político”, que mi padre sabe que es la excusa que dan todos los delincuentes. El herrero es un rojo que ya caerá ya. Mi padre conoce los “expecientes” de todo el pueblo, que por algo es el Alcalde. -
- Pues si eres tan listo, ¿ por que no propones tu a alguien? - Se rinde finalmente Carlitos. De paso le otorga a David el marrón de decidir quien será la víctima y si por eso hay que ir al infierno que vaya él.
- Bueno, que se lleve al maestro. Don Matías siempre nos pega con la regla y encima se ríe el muy abusón.
- Pero a mi me tiene mucha simpatía. Lo dices por que me tienes envidia de que saque dieces y tu no. - Carlitos se está cabreando.
- Pues elige, tu mamá o Don Matías. - El odio ha envalentonado a David, la fuerza del rencor se impone sobre el natural canguelil del hijo del Alcalde.
- Está bien, no se hable más.
Se colocan en posición. Sus dedos están sobre la copa de brandy y entonan la cantinela de “espíritu ven”, “espíritu ven”.
Mientras tanto, Noelia se había quedado dormida en la alacena. Tiene la llave entre sus manos. Fue fácil quitársela a la abuela. Una rata trepa por el banco sobre el que se ha dormido y le hace cosquillitas en las piernas. Al despertarse nota algo entre su falda y se la sube. Un alarido de espanto se oye en el desván. Noelia intenta abrir la puerta pero se olvida que se ha cerrado con llave para que los niñatos no entren.
David y Carlitos están petrificados, no pueden creer lo que han oído. Noelia recuerda lo de la llave. Con los nervios tira un montón de botes de conserva al suelo levantando una gran polvareda. Parte del polvo emerge por debajo de la puerta que comunica con el desván. A los chavales les da la impresión de ver un bruma infernal emergiendo de allí. Finalmente, llena de suciedad y telarañas consigue abrir la puerta. Es demasiado, Carlitos y su amigo salen en estampida del desván. David tropieza y cayendo de morros se raspa todo el muslo con el clavo del sexto escalón.
Se levanta y sigue su huida hacia la salida. Cuando van a irse oyen a Noelia.
- Que soy yo, idiotas, que sólo trataba de asustaros. ¿ A que jode Carlitos?, ¿ a que jode?.
Carlitos le va a responder, pero ve la pernera de David llena de sangre.
- David, vamos a lavarte la herida. Te daré un pantalón mío. Sobre todo que no se enteren tus padres, si no, te harán preguntas y como eres tonto seguro que metes la pata.

Han pasado tres días y están jugando al marro con las chicas. El hijo del Alcalde cojea y sus amigos se le ríen.
- Corres menos que las chicas. ¡David es chica!, jo, jo,¡David es chica!,jo, jo. - Canturrea Blas, el inevitable tonto del pueblo. Sabido es que si en un municipio faltare uno, se fabricaría aunque fuera a puro de hostias en las meninges. Tiene que haber campanario, Ayuntamiento, escuela, boticario y tonto del pueblo. Alguno de los otros elementos puede fallar, el último no. Compruébenlo, preguntenle a cualquiera que halla vivido en una localidad rural si faltó alguna vez dicha institución.
David cae al suelo y sus amigos comienzan a asustarse, sobre todo Carlitos. El viejo Gregorio se acerca
- ¡Rediós!, este niño está enfermo, está ardiendo.

Se descubrió el pastel. Aunque no ha cogido el tétanos, la infección le deja entre la vida y la muerte. El párroco Justino le da la Extrema Unción después de confesarlo. Afortunadamente la juventud se abre paso al infortunio y todo vuelve a la normalidad.

Tres meses después, en el Palacio Episcopal de Zaragoza.
- ¡Tu eres tonto de baba!- el Obispo da vueltas de un lado a otro mientras las campanas del Pilar refuerzan sus cultos argumentos. Tu eres tonto de baba, claro - añade ya más tranquilo.
- Pero Monseñor, el secreto de confesión...
- ¡¿Qué secreto ni que Hos..?!, ni que Hos- tras - en tono más bajo.
- Bueno al final se lo he contado a usted, Monseñor.
- ¡Jo-robados!, después de tres meses. Justino, Justino. Que eres muy simplón. En estos tiempos no se puede ir por ahí ¡hala!, como un pajarito. ¿No te das cuenta que todo ha podido ser un plan de su padre para quitarse de en medio al hijo del Alcalde?. Aquí hay algo político.
- Hombre, son niños. Yo conozco a Carlitos desde que nació y...
- Y nada Justino, y nada. - Da dos palmadas y entra un ordenanza.
- Samuel, vamos a almorzar aquí, que nadie nos moleste. ¿Por donde iba?. ¡Ah si!. Tenemos que avisar al Alcalde, tenemos que abrir una investigación. Esto puede ser gordo, muy gordo. Mira, mejor cogemos y nos vamos los dos al pueblo. Estas cosas las prefiero llevar en persona. Además, aquí la vida es muy aburrida.

Llevan más de dos horas en casa del Alcalde y éste no lo ve claro.
- Pero Monseñor, el padre de Carlitos ni siquiera es preso político, está en la cárcel por cortarle los coj... , los testes a mi hermano, pero es que los dos eran muy bestias. No veo, en cualquier caso, la forma de se pudiera poner en contacto con su hijo. A diferencia de su mujer, una santa que en paz descanse, él es analfabeto. David es muy amigo de Carlitos. Creo que no hay motivos para preocuparse.
- Usted sabrá, pero ya le he dicho el juego masónico-irreverente al que estaban jugando cuando ocurrió todo. - Le advierte el Obispo.
- Pero según el Padre Justino, ese juego se lo enseño mi hijo mayor... ¿Está insinuando que somos una familia de masones?. - el Alcalde se pone colorado.
- De ese tema ya he hablado yo con el director de los Maristas, por cierto, compañero mío de promoción. No, por favor, ya se que ha debido ser influido por alguna mala compañía en el colegio, pero ya nos haremos cargo, ya...
- Bueno Monseñor, de verdad, creo que el asunto no tiene más enjundia.
- Esperemos que así sea, de todos modos he avisado a la Guardia Civil para que venga por aquí a investigar, creí que era mi obligación.

Una vez despedido Monseñor llega la patrulla. Bueno, una patrulla de dos, que al fin y al cabo es Domingo.
- Buenas tardes Sargento - dice el Alcalde que los estaba esperando en la plaza.
- Muy buenas señor Alcalde, nos manda el señor Obispo para ponernos a su disposición y lo que Vuecencia quiera mandar.
- Ha sido todo un malentendido, vamos a mi casa, tomaremos un vino con algo para empapar y ya está - resuelve el Alcalde.
- Pues muchas gracias señor Alcalde.
Cuando empieza a anochecer y antes de irse, el Sargento parece dudar y finalmente dice:
- Señor Alcalde, ¿Nos podría hacer un favor?
- Diganme, aquí estamos siempre dispuestos a ayudar a la Benemérita.
- Es que la rueda trasera de nuestra motocicleta parece que pierde aire y querríamos arreglarla. Si no el Comandante nos echará la bronca por no llevarla a punto.
- Faltaría más. ¡Josefina! - grita - ¿Ha llegado la señora?
- No señor - responde la sirvienta
- Bueno, da igual. Si llega antes de que vuelva le dices que enseguida estoy aquí, ¿de acuerdo?.
- No hace falta que se moleste - le dice el Sargento.
- No es molestia.
- De verdad, díganos donde podemos ir y ya nos apañamos.
- Está bien, la casa más alejada al final del pueblo es la del herrero. Si le dicen que van de mi parte les arreglará la rueda sin problemas.

Cosme, el herrero, limpia siempre su escopeta los Domingos. Hay que estar preparado, siempre ojo a vizor. “Negras tormentas ...” canturrea.
Un ruido de motor se aproxima, por la ventana ve al side-car que se detiene junto a su puerta. ¡Joder!, la Guardia Civil. Han venido a por el, no le cogerán con vida. Con rapidez y determinación abre la puerta y dispara sobre los guardias, después sale corriendo como alma que lleva el diablo hacia el río.
- ¡Joder!, me ha llenado el hombro de postas. - se queja el Sargento.
- ¡Alto a la Guardia Civil! - le grita el Cabo al fugitivo.
Inician su persecución campo a través, el Sargento no puede correr muy rápido por el dolor de las perdigonadas. Llegando al río ven a unos matorrales moverse.
- ¡Sal de ahí malnacido!, ¡sal con las manos en alto!.
Ven algo brillante asomar aunque está anocheciendo, puede ser la escopeta. Esta
vez no se la juegan. El Cabo saca su pistola y dispara. Acto seguido oyen un grito, femenino...
Acuden corriendo y ven a Don Matías, el maestro, con la mirada fija y un hilo de sangre en su frente; está muerto. Han confundido su paraguas con un arma. A su lado, la histérica que grita es la mujer del Alcalde que temblorosa se sube sus bragas.
- Quédate aquí que ahora vuelvo. - Le dice el Sargento al Cabo.
Al poco vuelve con una pala que ha cogido del cobertizo del herrero, quien a estas horas debe andar por Tarazona camino de los Pirineos.
- Cava tú que yo tengo el hombro hecho polvo.
- Mi Sargento, ¿y la señora?.
- No dirá nada, ¿verdad “Alcaldesa”?. Venga, echemosle tierra al asunto y aquí paz y después gloria. Aun llegaremos ha tiempo para echar la partida. ¡Vaya tarde de Domingo, joder!.

Después de jugar con David y otros chavales, Carlitos vuelve a su casa. Ya es de noche y su abuela estará preocupada. Por el camino se encuentra a su hermana Noelia y entran juntos sin hacer mucho ruido porque la yaya estará ya dormida. Cuando cierran la puerta oyen unos pasos.
- ¿No le vais a dar un beso a vuestra madre?.


En un pueblecito de Aragón, Febrero-Mayo de 1943.

Saturday, June 25, 2005

TIERRANUESTRA


Es una región boscosa de un país norteño. Elga tiene doce años y vive con su tía Antia. La aldea más cercana dista seis kilómetros y tiene que recorrerlos sola, a través de senderos sin desbrozar, para ir a la escuela.
Su tía es curandera y suele recibir visitas con bastante frecuencia. En ellas ofrece su arte por unas pocas monedas. De todos modos, tienen lo bastante para sobrevivir. Las cosas mejoraron enormemente para las dos, cuando murieron sus padres de un mal viento. Se llevan muy bien y Antia permite que Elga tenga una educación; tal vez un día en la capital llegue a ser alguien.
Se levantan temprano para ordeñar a la vaca y cuidar a los animales: unos pocos conejos y gallinas. El huerto no se usa en invierno, pero los lugareños les proveen de lo justo a cambio de los conocimientos de Antia. La niña quería seguir sus pasos pero su tía le convenció para que estudiara.
- Adiós tía, me voy a clase. - por su gastada cartera asoma un libro de geografía e historia de la Tierra Nuestra.
- Ten cuidado y procura llegar a casa antes de que anochezca. - Le hace un gesto con la mano como despedida.
En la puerta hay una pareja de campesinos que deben requerir los oficios de Antia. La mujer mira a su marido con un odio que atraviesa el acero. La niña se aparta y los ve entrar en la casa. El hombre va delante y camina como un pato, como si montara a caballo; su señora, por detrás, aprieta los puños volviendo blancos sus nudillos.
No le suele durar más de una hora su recorrido. Es ágil y fuerte, es montañesa.
El arroyo cercano a la aldea tiene placas de hielo y junto al vado se ve en ellas un gran socavón, como si alguien muy grande y muy torpe se hubiera caído.
Ya se divisa la cúpula del Centro Sagrado, donde se rinde pleitesía a la creación, las cosechas, la vida, la muerte y el linaje. El colegio está enfrente del sacro lugar, en la plaza de la Tierra Nuestra.
- Hoy tenemos un niño nuevo con nosotros. - Anuncia la maestra con una gran sonrisa.
- Se llama Erim y es de otra capital, no de la de casa. No sabe hablar nuestro idioma, habla el idioma de fuera. - Hace una pausa para que todos comprendan.
Por lo tanto - continúa - debéis tener paciencia con él y ayudarle.
Elga sabe, que tanto su tía, como bastantes chicos del pueblo, conocen la lengua del nuevo. A ella se la intentó enseñar su padre por si algún día tenía que ir a trabajar lejos, con los otros. Nunca prestó atención, para ella, lejos es ya su propia capital, ¿para qué demonios querría nadie ir más alla de la santa Tierra Nuestra y su linaje?. Bueno, su padre, según su parecer, siempre fue un idiota. Menos mal que se lo llevo un mal viento. El niño Erim también le parece imbécil, ¿ qué se le habrá perdido por la Tierra Nuestra ?; basta mirar su cráneo para ver que es braquicéfalo y no un grácil y noble dolicocéfalo.
En el recreo sorprende a Vor hablando con Erim en su lengua. Vor es el hijo de un agricultor, que dicho sea de paso , tontea no sólo con los de la capital si no con los de fuera. Si, con aquellos que que han traído a la Tierra Nuestra al papá del niñato de mierda con vete a saber que propósitos. El hecho de que sea joven no significa que no se entere de nada. Los de fuera son un mal asunto, pero peor todavía son aquellos de más fuera.
Agarra una piedra y la lanza contra la cabeza de Vor. El muchacho se lleva la mano a su frente y al verla llena de sangre se enfurece y le grita:
- ¡Elga!, ¡eres una pedazo de cabra!.
- Vaya, vuelves a ser persona, se te entiende lo que dices.
Otros niños se acercan y se colocan detrás de ella; le respaldan.
- La maestra dijo que lo ayudáramos. - responde Vor a modo de disculpa encogiéndose de hombros.
- La maestra tiene que tener más cuidado, sus viajes a la capital la vuelven gilipollas. - dice uno.
- ¿Hacemos un dulce? - pregunta Elga con tono travieso.
Los chavales se entusiasman con la idea, sobre todo Coma; la niña pecosa que suele ser centro de todos los chistes.
Vor, para hacer méritos, junto con otro muchachote, salta la verja para ir a saquear la miel que guarda el viejo Cutto en su despensa. Como es mayor no se entera de nada. Es sordo como una piedra y no los oye entrar en su casa. Es una suerte que en la Tierra Nuestra nadie cierre las puertas con llave. ¿Para qué?, aquí nos conocemos todos.
Mientras tanto, en el patio del colegio, los chavales le han hecho corro a Erim.
Dan vueltas a su alrededor como si fueran depredadores. La maestra se asoma por la ventana y piensa: -”Bien, parece que se adaptan. Están jugando con el chico”.
Cuando Vor y el otro vuelven, rodean a Erim por completo. Dentro del circulo, el asustado niño no sabe de que va el asunto. Con Elga a al cabeza, se abalanzan sobre él y le arrancan la ropa.
- Mira Elga, no tiene pelitos, parece más niña que niño - se congracia Vor.
- Y además está mal hecho, pero no me extraña, viniendo de donde viene. - Añade ella.
Erim está aterrorizado. Cada una de sus extremidades es sujetada por uno de los crueles compañeros. Parece una pieza de caza que fueran a destripar. Le embadurnan con la miel todo el cuerpo y lo rebozan con la arena del patio. Una vez terminada la faena, vuelven a formar corro y giran en torno a él con una canción monótona y recurrente. Algunas de las niñas sueltan agudos alaridos sacando la lengua como serpientes.
La maestra sale al patio. Va a protestar pero recuerda perfectamente lo que es un dulce. No, mejor callar, conoce el asunto y tiene miedo. Mañana hablará con el padre del muchacho.

En la casa móvil de Urbon las luces están encendidas, aunque ya despunta el alba. La maestra ha madrugado para hablar con el padre de Erim antes de que comiencen las clases.
-Buenos días, señor Urbon. - la profesora lo dice sonriendo, pero la cara pétrea del ingeniero se la corta como la nata.
- No hace falta que me diga nada. No me va a convencer. Fue una mala idea traer aquí al chico. Hoy mismo volverá con su madre. - Urbon levanta la mano como diciendo: - “ y cualquier cosa que diga no va a cambiar las cosas”.
- Eso precisamente es lo que le quería decir: que no va a ser posible.
- Entiendo... Le invitaría a pasar, pero las patrullas de trabajo y gran parte del material no tardarán en llegar. De verdad, no es descortesía. Por desgracia estaremos cerca de un año hasta que terminen las obras. Si viene este fin de semana podríamos tomar algo, creo que no hay muchas diversiones por aquí. Bueno - a pesar de todo se sonríe - , una de ellas la conoce mi hijo Erim.
Esta vez la maestra le devuelve el gesto. Le saluda con la mano y girando sobre sus pies se aleja. Cuando ha caminado tres pasos se vuelve.
- ¿Señor Urbon?
- Digame - No termina de cerrar la puerta y la vuelve a abrir.
- ¡Dense prisa en construir el espaciopuerto!, ¡Dense prisa en barrer del mapa esta puta Tierra Nuestra de mierda!. Supongo que la aldea será trasladada a la civilización. Estoy deseando ver a turistas de Tau Ceti, de Sirio, de ... - Su entusiasmo es cortado por el ingeniero Urbon.
- Calma, calma. El Consejo Federal de Mundos obliga a preservar los Eco-Sistemas. Me temo que esta gente, salvo luces nocturnas, no va a ver nada más. De hecho haremos un subterráneo que lleve a los turistas directamente a la capital. El Consejo es muy tajante en ese asunto.
- ¡Putos Guays! - dice la maestra con desprecio.
- ¿Cómo?, ¿Qué significa Guay? -
- Nada, no lo sé, es una frase que decía el retatarabuelo de mi abuelo.

Thursday, June 09, 2005

LA NOCHE LOCA DE JUANIÑO


Mónica es una artista. Es una chica mona que crea performances y obras pictorico-sonico-alternativas. Su galerista o chulo se llama Isma y es muy moderno.
Están muy preocupados por el efecto invernadero y las marsopas. Van a las manifas con olor a chanel y salen en los dominicales. Siempre están in, nunca out, aunque profundamente en contra del imperialismo Yanki. Ya lo decía Isma la última vez que vino de New York :”es una ciudad que se está volviendo decadente”.
Sus bragitas Calvin-Klein van a juego con sus Ray-Ban y el careto del Che en las patillas. Imitan a los gebeldes sesentayiochistas américanos, aquellos niños pijos que hoy son directivos de grandes empresas, eso si con un toque europeo. En la última movida leche-reivindicativa a favor de no se que hostias , nuestra Mónica acude en metro. Es que es como muy normal por lo que deja el audi-coupe en Barajas. Su pañuelo palestino mola mazo con sus jeans ajustados, chapitas, merchandisin de tienda chic y una pose guerrillera. Allí están reunidos lo mejor de la tierra. Chaperos de altos vuelos, artistas y artistos, intelectualos e intelectualas. A juzgar por sus cuentas corrientes los más desheredados de la tierra.
Su agenda es la leche y después de reivindicar de forma combarivo-solidaria-buenrollito, no se que pollas, tiene un meet en una sede política. Va de la regulación de la Extrema Unción Civil para Gays y Hermafroditas; o algo así.
Juaniño es un alto cargo político, es Ministro de algo. Hoy se levanta temprano, puede que antes de las diez.
- Juaniño, cari, que vas a llegar tarde. - le dice su mujer. Su señora está de muy buen ver. Cuando se opere los glúteos será la repera.
- ¿Dónde está mi corbata a rayas? - se desespera el Ministro.
- Tonto, te lo he dejado todo en la silla.
Juaniño está impecable, el traje de seda le queda como un guante y disimula de perillas su barriguita.
- ¿Y de qué es la reunión, cari?.
- No lo se, lo aprobaron en el anterior Consejo de ¨Ministros, pero como estuve con diarreas no me he enterado. Chenchu, la Ministra de Asuntos Sociales, me ha dicho que es muy importante. Tengo que ir de punta en blanco.
La jornada es en el salón de actos de un periódico nacional. Cuando Juaniño llega se encuentra a la representación completa del orgullo gay junto con gentes de su partido. La mayoría de los políticos van disfrazados de protagonistas de Sensación de Vivir, muy juveniles ellos. Le podían haber avisado, se siente con más despiste que un koala en unos futbolines. La Ministra Chencu se le acerca llevando de la mano a un Drag.
- Juan, mira, esta es Nogamba, tiene una revista que nos apoya en todos los procesos electorales. Ya le hemos adjudicado la subvención. - Abandona a Juaniño con el Drag.
- Hola, compañero. ¿Qué tal se vive de Ministro?. - Le da dos besos marcandole la cara de carmín. La ceniza de su cigarrillo le hace un agujero de puta madre en la chaqueta.
- Pi- pienso que la problemática so-social, se debe abordar desde un puto de vista progresista para adap-adaptarse a las nuevas demandas...
- ¡Déjate de gilipolleces!, me refiero a vuestros saraos, fiestas, rollitos... - le guiña un ojo.
- Pi-pienso que la problemá,,,
- Tu eres un poco como idiota, ¿no? - le suelta el Drag antes de dejarlo solo.
Juaniño vuelve a encontrarse desvalido y desorientado. Pega lo mismo que los Albertos en el Club de los Honrados.
- ¿Qué?, a que es simpática Nogamba - le dice Chenchu que se acerca a por mas cava.
- Mucho. - responde secamente.
La Ministra vuelve a abandornarle. El desodorante, a Dios gracias, no.
- Yo te conozco, tu sales en la tele - le entra una tía buena con pañuelo palestino e indumentaria de rebelde de teleserie.
- Si, puede que si, claro yo, yo ... - se atropella Juaniño.
- Me llamo Mónica y soy artista. - le hace una graciosa genuflexión entregándole la mano.
- Soy Juan, Juaniño y soy algo Ministro. - le besa la mano con elegancia.
- Que interesante, ¿estarás a favor de apoyar a la cultura? - se frota mentalmente las manos.
- Si, completamente a favor. - Su mente trabaja rápido, antes de nada tiene que asegurarse de algo. Como quien no quiere la cosa, deja caer su bebida sobre la entrepierna de mónica.
- ¡Ah!, eres un pelin torpe - se ríe
- No me he dado cuenta - parece que no hay bulto..., si es una tía.
- Ahora tendré que ir a cambiarme al hotel, podría coger cistitis - le dirige una mirada traviesa.
- Ministro Juan a su servicio, iremos en mi coche oficial - debe concentrarse para que no se note su entusiasmo.
El chofer sonríe para sus adentros. Juan da instrucciones como quien dice buenos días.
Al llegar al hotel, Mónica se encuentra con unos amigos del mundo del arte. El Ministro siente que se le escapa el plan.
- ¡Archie!, que alegría. ¿También os alojáis aquí? - muac, muac.
- Si reina, mi novio Ander y yo hemos venido al recital de poesía deconstructiva. Oye, ¿Quién es tu amigo?.
- Es Juan, y es Ministro de algo. - lo señala como si fuera un mueble.
- Ho-hola...
- Casi es la hora de comer, podríamos ir juntos a un local de miedo que hay cerca del Callao. - Dice Ander mientras coge por el brazo a Juaniño, no se vaya a escapar.
- Chachi, iremos en su coche oficial.
Con los pies fríos y los huevos calientes se montan los cuatro en el coche. La sonrisa del chofer es más elocuente.
El restaurante es muy mono. Las sillas son demasiado estrechas pero parece limpio y bien montado. Se deja aconsejar en la comida y para su sorpresa no está mal. Ni que decir tiene que sabe quien va a pagar todo esto. La mayor parte de la conversación es intrascendente, pero de vez en cuando se toca el tema de las ayudas gubernamentales y tal. Discretos, discretos no son. Claro que el no se compromete, sólo dice si y claro, claro. Bueno, puede que ellos lo interpreten como un sí.
- Juan, - le dice en los cafés Mónica - déjame trescientos euros.
¡Ala!, piensa el Ministro, pero no protesta. Saca la cartera, se le cae un billete de quinientos, lo recoge busca otros y finalmente le da el gordo. Mónica se va a hablar con un tío del restaurante
- Ya está. Vamos al baño. - Se levantan todos y Ander tira de su manga.
Sobre el lavabo preparan las rayas de coca. Juaniño probó una vez un porro cuando era estudiante, le sentó como un tiro. A decir verdad en aquella ocasión le entró el pánico y se lo confesó todo a sus padres. Casi le cuesta quedarse sin Master en EEUU. Al final su progenitores se ablandaron, su niño no iba a ser menos que el actual Ministro de no se qué ,hijo del gobernador civil de no donde, en el sesenta y siete.
- Venga, para el político molón dos rayas. - se entusiasma Archie mientas se restriega la nariz.
Nota un calor terrible que se le sube a la cabeza. Durante unos segundos cree que va a desmayarse o algo peor. El pulso le late raro, o eso es lo que cree. Sin embargo, una vez superado el terror se siente distinto. Es poderoso, es fuerte, es simpático. El mundo es de puta madre. ¡A por él!.
Las horas pasan vertiginosas. No sabe cuando se ha hecho de noche ni las veces que han ido al baño a enchufarse poción mágica. Tampoco lleva la cuenta de los billetes que se ha fundido. Le presentan gente y más gente, es el alma de la fiesta.
Recuerda haber bailado un tango con Nogamba y la cara de asombro del Drag.
Cuando es de madrugada, sin saber por que, vuelve a estar sólo en un garito del centro de Madrid. A su lado un tipo, alguien que parece despistado de una despedida de soltero, se sienta a su lado. Empiezan hablando del tiempo hasta que descubren que estudiaron juntos. Pues habrá que celebrarlo, con coñac, como en sus tiempos. Ya amanece.
- Vamos Santi, vamos a tomarnos la última - dice un tambaleante Juaniño.
- Di que si Juaniño, como los hombres... - casi se cae Santi.
En mitad de la calle y voz en grito cantan “Asturias patria querida...”
- Venga tío, la que cantábamos en el colegio, la que decía Don Rafael que no tenías rival...
- Ju,ju, es que me da vergüenza... - se acercan a la Plaza de Puñetas, donde presuntos comunistas han pasado la noche bebiendo vino en honor a Lenin.
El Ministro y su amigo no ven más allá de sus narices. Todo es borroso y tiembla.
- ¡Prietas las filas, ....tarata tara y pan!- voz en grito los dos tenores despiertan a los amodorrados anarco-punkis.
- ¡Voy por rutas imperiales...! - están exaltados recordando años mozos.
- ¡Fachas hijos de puta! - farfullan dos leninistas que se despiertan.
- Nos estas insultando a nosotros, ¡joder!me-me llaman facha ¡¿ a mi?! - Juaniño está desatado, arranca una señal de tráfico y la emprende a hostias con los punkarras que no han huido despavoridos por estar demasiado borrachos. Santi le ayuda con una botella rota del suelo. Se oyen sirenas de policía pero llega primero la prensa:
- “Fuentes cercanas a nuestra cadena, nos informaron ayer, que el Ministro Juan Marrón no debía estar muy de acuerdo con la política de su gobierno. Le vieron salir del acto de celebración de la ley para la Extrema Unción de Gays y Hermafroditas mucho antes de que terminara. A primeras horas se confirmaba la noticia: El Ministro, en compañía del líder ultraderechista Santiago Ramos, ha propinado una brutal paliza a unos jóvenes pacíficos y reivindicativos. Mientras unos estaban de vigilia para ensalzar la Democracia, el ahora ex-Ministro, la emprendía a golpes como represalia de no haber parado una ley por la libertad y la tolerancia. Desde la Plaza de las Puñetas, Marja Jolinnes para informativos Telequinto”.

Monday, June 06, 2005

GABINETE DE CRISIS



El gabinete de crisis está reunido. Como primer punto de la orden del día está el tema de la guerrilla.
- Presidente, debemos tener en cuenta lo que ya sabemos respecto a eso. - dice el Almirante Sancho.
- ¿De que pavas están hablando?. - el Ministro de Economía tan despierto como siempre.
- Ya, Almirante, ya. Mejor hablamos luego, ¿vale?. - El Presidente parece irritado.
- Es muy fuerte, muy fuerte. - La Ministra de Cultura está consternada.
- Bue, dosmil muertos no son tantos. Todos los años hay más. - Apreciación del responsable de Turismo.
- Lo primero que tenemos que hacer es un comunicado en el que mostramos nuestra más enérgica repulsa por lo sucedido. - El presidente se levanta mientras va dando forma a sus ideas.
- Debemos asegurarle al país - continúa - que nada será capaz de doblegar la soberanía de la Patria y que jamás cejaremos en nuestra magistral lucha por la libertad.
- Si, pero respecto a las concesiones territoriales de la selva, que posición oficial tomamos. - El Ministro de Economía parece despertar.
- Mira Waldo, no jodas más con eso - se irrita el Presidente Álvarez - . Tenemos que tener cuidado con no recrudecer una ofensiva que no podemos parar.
- Pero Presidente, hemos invertido millones en nuestras fuerzas de...
- ¡Metete en lo que entiendes!, - se calma un poco y prosigue - Waldo. La situación es muy delicada. Por un lado hay rehenes y podemos considerar como tales a los habitantes del territorio que controlan. Además hay un sector de nuestro electorado que no ve con buenos ojos las acciones expeditivas. No obstante, parte del mismo si lo está. - El Presidente piensa un poco y sigue.
-¡Está claro!, esto es un asunto para el Aparato de Prensa. - Mira al Almirante Sancho con complicidad, recordándole con el gesto que tienen hablar más tarde.
El Almirante se levanta y se acerca a un secretario.
- Ya sabes Martín, dale forma, embrollalo y que sólo se entienda lo de “apoyo sin fisuras”, “firmeza y templanza”, “no os abandonaremos”, pero que la guerrilla sepa y le quede claro que no vamos a entrar de momento en su territorio.
- ¿Qué es eso de “su territorio”? - dice Waldo, que escuchaba las palabras del Ministro de Defensa e Interior.
- Naaaada, Waldo, nada. Te ahogas en un vaso de agua - le tranquiliza el Almirante - , sólo es cháchara. - se vuelve de nuevo para seguir dándole instrucciones a Martín.
El presidente Alvaro mira su reloj con irritación. A las diez de la noche comienza su teleserie favorita.
- ¿Cuál es el segundo punto a tratar? - La pregunta es en general, a la concurrencia.
- El tema ese de los Mosquitos y los Juliapanes - aventura la Ministra de Cultura con aburrimiento.
- ¡Coña!, es verdad Presidente. - El Almirante se levanta de golpe tirando la mesa y su vaso al suelo - . Es de lo que tenemos que hablar luego con quien ya sabes.
- Si, claro. ¡Joder!. - El Presidente coge el teléfono. - Susana, que soy yo. Que te llamo para que no se te olvide poner a grabar el vídeo. Si la telenovela. ¿Susi?, ¿Hay alguien contigo?, me pareció oír una voz. Ah, que es la radio, vale . Si, llegaré tarde, no me esperes.
- Bien, - se dirige Alvarez al Gabinete - el Almirante y yo nos ocuparemos del tema. La celebración que inaugurará la liga nacional se producirá sin contratiempos. Se pueden marchar, todo está bajo control.
- Pe-pero Presidente, - Waldo está que no se encuentra - tenemos que ultimar la seguridad, la guerrilla querrá reventar el acto y...
- ¡Ocupate de la Economía!, ¡cojones!. - El Almirante le pone la manos sobre los hombros y aprieta hasta ese punto en que no se sabe si te están agarrando fuerte o directamente haciéndote daño.
- A casita todo Dios, que ya nos ocupamos de todo. - El Presidente hace gestos con las manos como quien airea un pedo.
Cuando se han marchado el resto de los ministros, Alvarez y Sancho se miran tal que si fueran a hacer las mismas fechorías que de jovencitos. Ambos eran de familia bien y muy, muy progres; como Dios manda. En una manifestación de veinte años atrás, habían bebido más tequila que Chavela Vargas para desayunar. De los veinte carros que había en la calle Bolombia, volcaron diez y nueve. El último era el volvo de la mamá de Sancho y no era cuestión. Además, un volvo pesa un huevo.
El Presidente coloca el teléfono en línea segura. Marca con decisión.
- ¡Santos!, ¿eres tú?. ¿¡Qué pasa bandido!?. Mira, estoy aquí con Sancho. Si, “la Hoz de la burguesía” le llamaban. Si, te entiendo, pero esta vez os habéis pasado un poco. De todos modos, lo hecho, hecho está. - Mira al Almirante sonriendole, todo va bien.
- A lo que voy, Santos. Ya sabes que el Domingo empieza la liga. Escucha antes de decir nada. Mira, te vamos a ingresar diez millones de dólares en la cuenta que tu quieras. Espera. - “está receptivo”, le susurra a Sancho tapando el auricular.
- Además te vamos a dar un bollito. Si, escúchame, mañana el Ministro de Economía va a ir a dar una conferencia al hotel Pisto de la capital. De diez a once de la mañana no habrá seguridad así que ya sabéis. ¡Ja, ja!, que borde eres. - “Dice Santos que ¿quién le quiere hacer el favor a quién?”, le cuenta a Sancho. - Así que todo solucionado ¿no?, un abrazo bandido. -. Cuelga el teléfono.
El Almirante interroga con la mirada al Presidente.
- Tranquilo Sancho. La liga comenzará sin contratiempos. Ya sabes, pueden matar a mil pringaos que no va a afectarme al puesto. Pero si se jode la liga la jodemos todos.
- Me quitas un peso de encima, por ahí nos podían pillar pero bien.
Ministro y Presidente sonríen, han hecho un buen negocio.


En un lugar indeterminado de una indeterminada nación.
-Joder compañero, creía que con la última operación la habíamos cagado. Muchos camaradas de la guerrilla decían que como por culpa de la voladura del colegio “Los Angelitos de San Rafael”, se suspendiera la liga... Vamos, que nos desertaban la mitad. Luego va y me llama el Presidente, si tu antiguo vecino y compañero de universidad, ofreciendome pasta e incluso un objetivo a cambio de no reventar el acto inaugural. -Se rasca la cuidadosamente descuidada barba y prosigue - Claro, que el objetivo que nos ha entregado no se si es para él o para nosotros.
- Nada Santos, no le des más vueltas, tenemos el viento a favor. ¡Vivan los Juliapanes!.
- No te pases compañero, los Mosquitos van primero. - Bromea Santos, eso sí, apuntado inadvertidamente a los huevos del Juliapanero con su Kalasnikov.

Saturday, June 04, 2005

AL FINAL DEL TUNEL HAY UNA LUZ



David sale de ligue al Hispano. En la barra, tres lobas beben cubatas de Larios. La más vieja es la que menos ropa lleva. A través de su celulitis, se aprecia un tanga con solera. Las otras dos son demasiado jóvenes para desear presa alguna. Ni siquiera son divorciadas, son separadas con más dudas que ganas de cachondeo, son mamás de niños horribles de tres años que se llamaran Yenifer o Adrián.
El atuendo a lo Fiebre del Sábado Noche de David es hortera, el lo sabe y es perfecto. Se dirige hacia ellas como ave carroñera que planea sobre un mulo desvencijado; todo pellejo y huesos rotos, poca carne y mucha podredumbre.
Se apoya con estilo, por ejemplo, el estilo de las morsas árticas bailando tangos, y mira de reojo a la madurita leona. Ella es gallina vieja, de las del buen caldo, le sonríe sin abrir la boca; no la vayamos a joder.
- ¿Qué te trae por aquí, pimpollo? - le entra la leona. Las separadas deciden marcharse y dejarle el paso libre. Ellas en el fondo están llenas de dudas: ¿y si mi Juan cambia y deja de currarme?, ¿y si Sebastián decide volverse limpio los Sábados, no ver el fútbol e incluso follar solamente fatal?. ¡Ah amiga!, ¿y si los hipopótamos volaran y los sapos fueran fresas?.
David es joven, veinticinco años, pero tiene la marca de la derrota. ¿Porqué esperar para ser patético?.
- Admirando la belleza y el saber estar, cariño - Sobreactúa a propósito. No pretende que no se note, todo lo contrario. Ambos saben de lo que va.
El mundo no es el de las películas, Bogart no tiene cuenta en los hoteles y en los bares. Ella no es una Duquesa venida a menos. Tendrán que ponerse de acuerdo, tendrán que pagar a medias. Bueno, a medias o como mínimo en común, que siempre puede ir uno más tieso que el otro.
Realizadas las presentaciones, intercambiadas las ásperas biografías de los dos, van a casa de la leona. El piso, sito en la calle Pignatelli ( no confundir con la avenida), es muy céntrico. Es verdad, está entre la plaza de toros, paralela al Coso y a diez minutos del Corte Inglés ( no el de los cañones, el otro). Allí pulula lo mas granado de la High Society, el castizo “mestoy quitando”, el bendito “¡Jaime, hijo de puta, ven a casa con tu madre que te mato!”.
En el cuarto de estar hay una mesa camilla sin ropa, un televisor años setenta y un sofá con cicatrices. No interesa, van directos a la cama. La cama, el camastro o la letrina de legiones de ácaros, ¿qué importa?. David se tumba a lo largo y se concentra en su fetiche, Valeria Mazza. Ella, en pie, se va desvistiendo con garbo, con una mezcla de indolencia putañera y morbo del abismo, de la muerte.
- Se te esta poniendo juguetona , corazón - le mira de soslayo.
- Vamos a bogar hacia la Atlántida, de buen rollo - Sigue sobreactuando, puesto que en la penumbra ve a la modelo, no a lo cotidiano.
Ella está desnuda y avanza a cuatro patas hacia el chaval. Restriega sus callosas manos sobre sus jóvenes muslos y le da un rápido lametazo en la punta de su estatua. David cierra los ojos, no se le vaya a romper el hechizo de su musa argentina. Hay que echarle mucha imaginación, pues en el fondo sabe que el tacto de Valeria no debe ser igual. Si la Mazza es rosa, esta es gris, a lo sumo gris marengo. Nunca ha sabido que leches de color es el gris marengo, pero debe ser así.
Si la pone a cuatro patas y se la folla a lo perrito, quizás, si no la toca demasiado, pueda mantener la ilusión. En el fondo, tanto el como ella, no están follando; se están masturbando mutuamente. Cada uno con sus sueños, olvidando la derrota, el fracaso y el hastío.
Abren la puerta de la calle.
- ¡Mamá! - dice la intrusa.
- ¡Joder!, vístete rápido que es mi hija.
David se atropella con sus calzoncillos, se cae al suelo y recibe una patada de reproche de la loba. En tiempo récord salen del dormitorio con cara de Jueves. En la salita está Clarita. David es elevado a las alturas. Es un clon más joven y turgente de su diosa, santa Valeria.
-¡Clarita, hija!, ¿Qué haces aquí? - Mira a su hija entre el amor y el cabreo.
- No aguanto más en casa de la tía, no aguanto al tío. - pone cara de fastidio.
Va vestida como suelen hacerlo las jovencitas. El talle del pantalón a la altura del vello púbico, el ombligo saludando. Si estornuda se le ven las bases de sus pechos. Firmeza núbil con luz propia que resucitaría a los castrati y al ornitorrinco.
- Este es David, un compañero de la escuela de adultos que ha venido a estudiar - No cuela ni de coña, piensa.
Pero afortunadamente, en este planeta todo el mundo finge. Desde que se nace es lo primero que se aprende. Nadie que no haya aprendido a hacerlo ha sobrepasado los tres años de edad. Sencillamente es incompatible con la vida.
No hay que confundirlo con aquellas personas que dicen de si mismas que son muy sinceras:
- “Si, hija. Perdona que te diga, ya sabes que yo soy muy sincera, pero tu novio tiene muy poco estilo y es...” .
No, no os perdonamos, fantoches. Viven en la mayor ficción de todas. David es un buen tipo, es cabal y sabe fingir. Pero ¡nts!, la testosterona, la carne, le hacen cometer un error de protocolo. La loba prepara café y cuando se dirige hacia la salita, ve a David ligando descaradamente con su hija. No es un tonteo, en sus ojos brilla verdadera veneración y en los de su hija la certeza del poder, del dominio. La mirada de Clarita sería confundida por los inexpertos como de lujuria, pero como ya hemos dicho, es un placer más allá de lo sexual y más potente. Tiene la certeza de poder dominar al pelele con el más mínimo ademán.
La loba vuelve sobre sus pasos. Creía a David más maduro. Piensa que lo que ha visto es la descarada descortesía que tenía su marido, ¡que el infierno confunda!. Iñigo, el cabrón que tuvo que aguantar diez años, miraba a las mujeres con descaro. Estas lejos de indignarse le seguían el juego, sabían que humillaban a su mujer.
Vuelve a la cocina y saca de detrás del fregadero los polvos con los que se libró de Iñigo. Ella no lo sabe, pero David no hace lo que hace con dolo. No tiene opción, es cautivo de la simetría y la belleza. El mismo sentimiento que inspira el arte, que hace grande a Botticeli y a Bach. La leona también tiene disculpa, está cegada por el dolor sordo y profundo que le restriega por la cara, una vez más, que es de las nacidas para el asco y desengaño. Vierte el veneno en el café de David.
- Este para ti, Clarita. Este para ti, David. Y este para mi - reparte como quien lo hace al azar.
Clarita cambia rápidamente el suyo por el del joven, no le gusta el café tan oscuro. Su madre lo advierte y reacciona con rapidez volcando la mesa camilla. Tanto la hija por conocimiento, si no colaboración , de lo que le ocurrió a su padre, como David por intuición, comprenden. La tensión se ha venido abajo y los seres humanos se reconocen. La noche es apacible, saldrán de paseo. En el portal, el yonki les saluda. Quedan pocos y a los que no mató el SIDA ni la hepatitis B se les ve como viejos Don Quijotes en busca de su Dulcinea. Comparados con las nuevas faunas y la vorágine de los nuevos tiempos, resultan entrañables.
En seguida llegan al paso elevado, puerta de entrada de la Avenida Madrid, desde el que contemplan, en complicidad y en silencio, las amarillas luces del Palacio de la Alfajería.

NOTA DE PERCEBE:
Palabra que la historia iba a acabar mal, pero no me ha dejado. Es que hay días
en que uno se siente tienno, ¡jo!.